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ANATOMÍA

Los murciélagos, también conocidos como quirópteros, son los únicos mamíferos capaces de volar, por ello al principio se los consideró como aves, pero debido a la ausencia de plumaje y a la reproducción vivípara, se descartaron de esta clasificación.


Los huesos de los murciélagos son muy flexibles y ligeros, lo que permite un vuelo rápido, además de ahorrar energía. El cúbito y el peroné de las extremidades son cortos y delgados, por el contrario, los huesos de las extremidades delanteras se han alargado increíblemente para dar forma a las alas. Su primer dedo, que correspondería al pulgar de una persona, es el más pequeño de los 5 dedos y cuenta con una garra que suele ser usada para retener objetos, para caminar, escalar o para sujetarse sí mismos cuando se posan en algún lugar. Todos los demás dedos carecen de garras, con excepción de algunos frugívoros que poseen una en su segundo dedo. Es interesante resaltar que las los huesos de las alas son exactamente los mismos que los de una mano y brazo humanos. La membrana que une a los huesos de las manos y da forma a las alas se llama patagio. En la región de las patas traseras y la cola, el patagio se denomina uropatagio. Debido a su fragilidad, esta membrana se rompe con mucha facilidad, por ello es rica en vasos sanguíneos, pues estos permiten su rápida regeneración, esencial para su supervivencia. Además el cuerpo del murciélago está cubierto de pelo. Esto les ayuda a mantener el calor corporal necesario para sobrevivir.


El cráneo de los quirópteros está unido a la columna vertebral por unas vértebras especiales, así pueden flexionar fácilmente la cabeza incluso hacia atrás. En general, los megamurciélagos tienen un cráneo más alargado que el de los micromurciélagos en vista de su necesidad para detectar el aroma de las frutas. Por el contrario, los segundos poseen un hocico y una mandíbula inferior más cortos, además de unos ojos más pequeños ya que, pese a usar el sentido de la vista, dependen de la ecolocalización para buscar insectos y otros tipos de presas. Por otra parte, todos los murciélagos poseen unos dientes muy afilados; los de los insectívoros tienen bordes puntiagudos para traspasar los normalmente duros cuerpos de algunos insectos, a la vez que los molares de los frugívoros son planos para triturar la pulpa de las frutas. En adición, muchos murciélagos nectarívoros tienen lenguas inusualmente largas, ya que deben introducirla hasta la parte inferior de las flores, y que contienen unos pelillos que facilitan el arrastre de este líquido.



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